LAG son las siglas de
loose-aggressive, un tipo de jugador en póker que se caracteriza por jugar un
gran número de apuestas y de forma muy agresiva. Al contrario que los TAG,
que juegan de manera agresiva igualmente, pero son mucho más selectivos con sus
manos, los LAG tienden a jugar una
amplia gama de manos preflop y juegan las manos de una forma muy agresiva.
Casi siempre están en el juego y su estrategia se basa en forzar la
retirada del resto.
Pero, ¿todos los jugadores que
juegan siempre y de forma agresiva son LAG? Te adelantamos que no. Por ejemplo,
un “maniac” también juega un gran número de manos y de manera muy agresiva,
pero no se parece en nada a un loose-aggressive. En realidad, lo que
hace un maniac es jugar a lo kamikaze, mientras que un LAG sabe perfectamente
qué hacer para ganar.
Los jugadores de póker que juegan
un alto número de manos, y casi siempre lo hacen de forma agresiva, pueden ser
considerados loose-aggressive. Pero para ser un LAG hay que contar con un nivel
de experiencia lo suficientemente alto, ya que estamos hablando de un
estilo de juego que requiere de un alto nivel de conocimientos para generar
ganancias. El winrate de un jugador LAG de póker suele ser más alto que el de
un TAG.
La predominancia de los estilos
varía en función de en qué zonas nos fijemos. Por ejemplo, en Europa casi
siempre se aconseja adoptar un estilo TAG, que suele ser más fácil de asimilar
y requiere de un nivel de experiencia algo menor para ponerlo en práctica. Sin
embargo, en algunos países de Europa del Norte se tiende a adoptar desde el
inicio un estilo LAG, por lo que conocer la procedencia de un jugador a
veces nos puede dar una idea de qué estilo ha podido adoptar durante su
formación y saber de qué forma se encuentra más a gusto jugando.
Pero es necesario conocer las señas
de identidad que delatan a un jugador LAG, para poder reconocerlo durante
el juego y saber qué podemos esperar.
A grandes rasgos, podemos hablar
de dos tipos de jugador LAG en póker: uno que sabe hasta dónde llegan sus
capacidades, y otro que nunca sabe poner freno. Los primeros son considerados
los LAG buenos, los que saben reconocer el momento de retirarse, no se
obsesionan con ganar todas las manos y prefieren añadir una retirada a su
historial antes que perder más dinero.
En cambio, los segundos rozan lo
kamikaze. Están al límite de ser considerados “maniac”, no saben foldear y
siempre permanecen en el juego, a pesar de no tener ninguna posibilidad. Suelen
contar con un winrate más bajo y más proclive a sufrir picos, siendo más
inestable.
Contra estos últimos, los
considerados “LAG malos”, es posible tender trampas con paciencia para
cazarlos, ya que su desmedida agresividad es su talón de Aquiles.
En cambio, con los LAG buenos hay
que tener en cuenta que hay que adaptarse en todo momento, saber cuándo
podemos apretar para intentar arrinconarlos, y cuándo es necesario mantener un
perfil más bajo.
Para saber cómo juega un jugador
LAG en póker, es necesario saber catalogarlo entre los de tipo 1, los
comedidos, o los tipo 2, los maníacos. Medir su nivel de agresividad
será determinante para dar forma a su tipo de juego, siendo más fácil de crear
una estrategia eficaz para batirles.
Dado que los jugadores LAG
siempre juegan de manera muy agresiva, lo mejor si queremos vencerles será fingir
que somos débiles. Esto es especialmente eficaz contra jugadores LAG que
juegan más de un 30% de las manos (los más agresivos; los maniac juegan más de
un 35%, aproximadamente, para que midas el porcentaje), ya que su obsesión por
permanecer en el juego les impedirá ver la trampa que le estás tendiendo. Eso
juega a tu favor, y hay que aprovecharlo.
Para saber cómo juega un LAG
tendremos que analizar su estilo durante varias manos. Hay que entender que un
jugador LAG puede ser difícil de reconocer, dado que sus estrategias no
siempre funcionan. Esto sucede cuando se enfrenten a jugadores con
estrategias formadas. Por ejemplo, si juegan contra un TAG. ¿Por qué? ¿Jugar de
manera agresiva no hacía subir el winrate? Sí, pero si no se juegan bien las
manos, y aquí es donde los LAG más agresivos fallan, las posibilidades se
pueden desvanecer.
Para vencer a un jugador LAG, lo
mejor es disimular nuestra fortaleza, adoptar un estilo pasivo y conservador y
hacerle creer durante buena parte de la mano que no somos una amenaza. Si
tenemos calado a un jugador de póker loose-aggressive, podremos colocar
pequeñas trampas sin que se dé cuenta para tenerlo bajo control.
¿De qué clase de trampas estamos
hablando? Una muy eficaz es combinar nuestro estilo de juego. Esto descolocará
al LAG, incapaz de saber a qué se enfrenta. Si ligamos jugadas incoherentes
podemos marearle hasta tal punto que tenga que jugar a ciegas contra nosotros.
Evidentemente, querrán disimular que no tienen ni idea de por dónde cogernos,
por lo que recurrirán a los faroles. Ojo, si un LAG se marca un farol no
debemos farolear nosotros: ten en cuenta que lo hace por desesperación, para
intentar saber algo de nosotros. Mantengamos esa ventaja todo lo posible.
Otra trampa que podemos utilizar
a nuestro favor: dejar que gane pequeños botes. Esto le hará ganar
confianza, hacerle creer que nos tiene calados y que nuestra debilidad es
genuina. Algo que nos puede beneficiar para cambiar drásticamente nuestro
estilo de juego en un bote grande, pillarle desprevenido y hacernos nosotros
con él.
Darles el golpe de gracia en los
botes grandes causará que entren en un estado de alteración considerable.
El tilt llamará a sus puertas, pudiendo causarles estragos durante un tiempo.
Los buenos jugadores LAG son metódicos, mantienen invariable su estilo de juego
y ante un bote grande no cambiarán su manera de jugar.
La clave ante un jugador LAG es no
dejarse intimidar, seguir adelante a pesar de que te estén poniendo a
prueba. Los LAG siempre intentan inducir a error y presionar hasta el extremo.
Pero si mantienes invariable tu manera de jugar, podrás hacerles creer que lo
que piensan de ti y de tu forma de jugar es cierto. Esa será su perdición.
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