Tells en póker parte III: gestos pacificadores y comportamientos “tipo”

En capítulos anteriores hemos mencionado los distintos tipos de tells que nos podemos encontrar en una partida de póker, cómo intentar ocultar los nuestros y cómo podemos entrenar a nuestro cuerpo para controlar los gestos que hacemos y evitar dar demasiada información a nuestros rivales.

En esta tercera parte vamos a centrarnos en los tells pacificadores, en su función y en cómo puedes sacarles provecho durante situaciones comprometidas.

Gestos pacificadores en póker: qué son y ejemplos

Recapitulemos por si no has leído las partes anteriores que hemos dedicado a los tells en póker: los gestos pacificadores son aquellos gestos que, de manera consciente o inconsciente, se realizan para entrar en un estado de calma. Cuanto más evidente es el tell pacificador, mayor es el nivel de estrés que sufre quien lo hace. Por eso, un tell pacificador es síntoma de nerviosismo y de preocupación para quien lo lleva a cabo.

Ante un tell pacificador, lo primero que tenemos que hacer es prestar atención al patrón del gesto con el fin de descubrir algunas variaciones en la intensidad y en el modo de hacerlo. Muy importante aquí es el contexto, ya que la intensidad del tell variará en función de dónde se esté disputando la partida. ¿Es lo mismo una partida informal entre amigos que estar en la final de las WSOP? Desde luego que no, y eso influye.

Un ejemplo muy común de gesto pacificador son las caricias en el cuello hechas a uno mismo. El cuello es una zona extremadamente sensible, repleta de terminaciones nerviosas cuya estimulación pueden fomentar la relajación del cuerpo. Por eso, normalmente ante una situación de estrés el jugador tiende a llevarse las manos al cuello.

Hay muchos gestos pacificadores: acariciarse el pelo o la barba, rascarse la nariz, tocarse levemente la frente, respirar de manera intensa o a un ritmo extremadamente lento para hacer inspiraciones profundas, alisarse el pantalón o algo tan sutil como tocar recurrentemente los hilos de una pulsera de tela. Son pequeños refugios familiares para nuestros sentidos que dan a la mente una sensación de seguridad muy necesaria en los momentos delicados, así que hay que estar atento a esto.

Con el tema de los abrazos hay que tener especial cuidado. Un abrazo a uno mismo puede ser un gesto pacificador, pero un abrazo que desemboque en un cruce de brazos sobre la mesa o sobre el pecho denota acción y agresividad. Es importante interpretar bien el gesto y analizar bien otros gestos del rival para poner en contexto su manera de expresarse.

Es posible que te des cuenta de que hay ciertas incongruencias en la forma de expresarse de los rivales. Pueden tender a intentar despistarte dando informaciones falsas. También es posible que sean conscientes de que han dejado entrever un tell con demasiada información y traten de cubrirlo con un gesto contrario descarado.

Esto ha de hacerte desconfiar. Ante la duda, y con tells contradictorios, siempre debes fiarte más de tu primera percepción, como hemos comentado en los capítulos anteriores. Son más fiables porque hay una probabilidad mayor de que incluyan reacciones genuinas imposibles de disimular.

Algunos gestos y comportamientos a tener en cuenta

Hay ciertos gestos pacificadores que se producen con el sonido y no con gestos. Algo tan anodino como una frase puede ser un gesto pacificador, sobre todo si procede de alguien que no tiende a hablar y, de repente, habla para sí mismo o dice comentarios en voz alta que poco o nada aportan al juego.

También tienes que prestar atención a los gestos que pueden producirse bajo la mesa. Un torso tranquilo pero unas piernas agitadas pueden ser un dato muy importante para un jugador. Puesto en su contexto, esta información te puede venir muy bien.

Deberías prestar atención al movimiento de las manos, a las posibles manchas de sudor de la ropa, a la manera de mover la cara, a cómo controla el juego de miradas tu principal adversario… todo esto resultará crítico para calar bien al jugador y definir tu estrategia.

Te interesa, sobre todo, analizar los gestos de los jugadores que hablan después de ti. Es imposible que en una sola pasada puedas tener datos de todos los jugadores, así que póntelo fácil y céntrate en los que juegan después de ti. ¿Por qué?

Como hemos comentado en la segunda parte, esto se debe a que quienes hablan antes que tú se van a delatar con su propio juego. En cambio, quienes van después jugarán en base a la información que tú les des, pero tú no podrás aprovechar esos datos, así que calarles en los primeros segundos tras recibir las cartas es tu mejor baza para intentar clasificarlos.

Ten presente que el mundo de los tells no es una ciencia exacta. Aunque se han estudiado mucho y cada vez hay más datos que corroboran las conclusiones a las que se puede llegar con el análisis de los tells, debes siempre analizar en qué situación se están dando para no precipitarte.

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